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Libros

Hay una posibilidad- de hecho, una alta posibilidad – de que tu mente se distraiga mientras lees este artículo. Quizás suceda en el próximo párrafo. Quizás está ocurriendo ahora. Pero, suceda cuando suceda, ni siquiera te darás cuenta de que tu mente decidió mandarse a cambiar, ya que tus ojos seguirán mirando estas mismas palabra en tu pantalla.

Pero, ¿qué es lo que realmente sucede cuando nuestra mente se distrae durante algunos segundos?

Bueno, te reconfortará saber que no eres la única persona que está teniendo problemas con mantenerse concentrada.

Incluso los escritores – que pasan día tras día mirando palabras – no están exentos de distraerse mientras leen.

Como escribió el famoso autor Nicholas Carr en The Atlantic:

“Ahora mi concentración frecuentemente comienza a flaquear luego de dos o tres páginas. Me pongo inquieto, pierdo el hilo, comienzo a buscar otra cosa para hacer. Siento como si siempre estuviera llevando mi mente rebelde de vuelta al texto.”

Carr no es el único – y aunque haya culpado a internet por tener esta mente rebelde – Pareciera ser que estamos dispuestos biológicamente a alternar entre prestar atención y pensar en otra cosa, escribe el profesor de la Universidad de Auckland Michael Corballis en The Wandering Mind.

“Nuestras mentes están diseñadas para vagar, nos guste o no,” explica Corballis.

Como probablemente has experimentado, se te pueden “escapar los duendes” en cualquier momento, incluso si estás viendo una película entretenida. Sin embargo, sucede a menudo cuando estamos leyendo, de acuerdo a un estudio realizado el año 2005 por parte de la Universidad de California.

Corballis sugiere que la mente comienza a divagar – aunque bastante estigmatizado en el mundo moderno – puede ser ventajoso. Lo que está respaldado por su estudio llevado a cabo el año 2015 por Bar-Ilan University.

En este estudio los investigadores estudiaron cómo funcionaba el cerebro de ciertos voluntarios durante los momentos que se ponían a soñar despiertos y encontraron que las mentes de los participantes divagaban más cuando se activaba el lóbulo frontal, que es la parte del cerebro que nos permite organizarnos y a organizar el futuro.

De hecho, Corballis sugiere que algunas de las más grandes y más creativas ideas podrían nacer durante el rato que se “nos escapan las cabras para el monte.”

Explica:

“En un mundo tan complejo y continuamente cambiante, tenemos la necesidad de escapar de vez en cuando, y considerar posibles futuros, reflexionar acerca de errores pasados y entender cómo funcionan las mentes de otras personas. Sobre todo, divagar mentalmente es fuente de creatividad, la chispa de la innovación que lleva al largo plazo a un incremento y no un decrecimiento del bienestar general.”

Está bien – así que soñar despierto nos permite pensar en el futuro. Pero, ¿eso te detendrá de hacer trabajo en el presente? Probablemente no, de acuerdo al estudio.

Los investigadores estudiaron si soñar despierto afectada la habilidad de las personas de completar una tarea computacional. Sorprendentemente, las personas cuyas mentes se distraían era ligeramente más efectivas en ejecutar la tarea.

Bueno, en resumen, soñar despiertos es bueno para nuestra imaginación, lo cual va contra todo lo que nos dijeron nuestros profesores acerca de prestar atención.

“Quizás deberíamos dejar de sentirnos culpables acerca de nuestras divagaciones y aprender acerca de las revelaciones de nuestras ensoñaciones conscientes,” concluye Corballis.

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LUCIANA ANDREI
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